martes, 19 de mayo de 2015

Museo Arqueológico del Sitio Joya de Cerén



En reconocimiento de su importancia, en 1993 Joya de Cerén fue inscrito en el Listado de Patrimonio Mundial de UNESCO. Es el único sitio de Patrimonio Mundial en El Salvador

El descubrimiento del sitio arqueológico Joya de Cerén

Esta área originalmente formaba parte de la hacienda San Andrés, uno de los mayores latifundios del valle de Zapotitán en el poniente de El Salvador. A mediados del siglo XX, la porción conocida como Joya de Cerén fue vendida al gobierno para realizar uno de los primeros proyectos de reforma agraria en el país. “Cerén” es un apellido, mientras que “Joya” es una expresión derivada del castellano antiguo que aún se usa en El Salvador para referirse a valle pequeño de suelo fértil rodeado por terreno accidentado.
Existen diferentes versiones acerca del descubrimiento de este sitio arqueológico. Afortunadamente, un participante clave aún labora para el gobierno salvadoreño y proporcionó información de primera mano sobre este hallazgo en una entrevista realizada en 1989. La siguiente narración utiliza esta información y otras fuentes verificables.
En 1976, el gobierno inició la construcción de un centro para guardar granos (perteneciente al extinto Instituto Regulador de Abastecimientos, IRA). El terreno fue nivelado por tractor, descapotando varios metros de depósitos volcánicos a fin de situar las instalaciones sobre el suelo más firme que se hallaba debajo. Cuando se terminaba estos trabajos preparatorios, se expuso un sitio arqueológico que había sido completamente enterrado bajo 4 metros o más de estos depósitos volcánicos, sin dejar indicio de su existencia en la superficie. El supervisor de construcción notificó al Departamento de Arqueología de la Administración del Patrimonio Cultural (la entidad cultural del gobierno en esa época).
Manuel López (entonces del Departamento de Arqueología y actualmente del Ministerio de Relaciones Exteriores) fue enviado a inspeccionar el descubrimiento. López narra que el descapote ya se había terminado al momento de la notificación, y él observó numerosos fragmentos de cerámica removidos por la maquinaria, incluyendo varios ejemplares de Policromo Copador, un conocido diagnóstico del período Clásico Tardío (600-900 d.C.). Los trabajadores contaron de pequeñas estructuras de barro que había sido expuestas – y destruidas. Dichosamente, esto fue verificado por el hecho de que dos estructuras permanecían a la vista, habiendo sido seccionadas en un talud cortado en un lindero del terreno. Ambas estructuras tenían una plataforma basal, y una mostraba un pared de bahareque. Entonces, para López fue evidente que se trataba de un sitio Clásico Tardío con estructuras conservadas bajo ceniza volcánica. El registró el sitio como Joya de Cerén. Aunque la importancia potencial obviamente fue reconocido, en ese momento la destrucción ya estuvo, en los terrenos circundantes se hacían cultivos sin perspectivas de otros dañinos proyectos de construcción, y el Departamento de Arqueología se encontraba saturado con proyectos, operando con muy poco personal y recursos.
Dos años después, en 1978, el Arqueólogo Payson Sheets inició el Proyecto Protoclásico, cuya actividad principal consistía en el reconocimiento aleatorio estratificado del 15% del valle de Zapotitán. Los miembros del proyecto fueron informados sobre el descubrimiento de Joya de Cerén por un arqueólogo que trabajaba para el Departamento de Arqueología (Richard Crane). Sheets agregó la investigación de Joya de Cerén a las actividades del Proyecto Protoclásico y supervisó el principio de su excavación en marzo, 1978, mientras que Christian Zier (miembro del proyecto) continuó la investigación entre abril y mayo. Las dos estructuras seccionadas por el talud de descapote fueron parcialmente excavadas y los resultados establecieron la gran importancia de Joya de Cerén: tal como en Pompeya, la erupción volcánica “congeló” un momento de tiempo en la vida de esta antigua aldea maya. Se determinó que la Estructura 1 (con paredes de bahareque) era una casa y en ella fueron encontrados herramientas y aún juguetes. La Estructura 2 (después redesignada como la Estructura 5) resultó ser una plataforma de trabajo abierta (sin paredes). Ambas estructuras tenían techos de zacate que fueron carbonizados durante la erupción, colapsando en una capa quemada. Se ocuparon muestras del zacate para análisis de radiocarbono, y junto con los resultados de excavaciones posteriores (evaluados por el Arqueólogo Brian McKee), se indica un fechamiento cercano a la erupción de entre 610 y 670 d.C. (calibrado, 2 sigma). Los cultivos, marcados por surcos y camellones, casi tocaban las estructuras y sobre ellos la ceniza volcánica conservaba huellas de plantas de maíz.




Museo Joya de Cerén

Localización: Kilómetro 35 sobre la Carretera que de San Salvador conduce al municipio de San Juan Opico, abierto al público de martes a domingo. 8:30 a.m. a 5:00 p.m.

Salas que componen el Museo:
Joya de Ceren, está compuesta de tres principales salas, en las cuales se exhiben: Introducción Mesoamérica, Antecedentes del sitio, Descubrimiento del sitio, Vulcanología, Investigación del sitio Arqueológico, Vida cotidiana, arquitectura, y Arquitectura domestica.

Costo de servicio de guía:
Los visitantes disponen de las prestaciones siguientes: -Visitas guiadas individual o grupales, Y recorridos guiados por el sitio arqueológico.

Lo más significativo del museo:
Es uno de los sitios arqueológicos más importantes dentro de Mesoamérica porque demuestra cómo era la vida de esta civilización maya sepultada por una erupción volcánica. Se refiere a menudo como “La Pompeya de América” en comparación al sitio arqueológico de Pompeya, localizado en Italia. Además en mi visita pude observar las diferentes pero similares tipos de utensilios que se usaban en el pasado, los cuales en la actualidad existen artículos  similares como por ejemplo los platos, vasos, y tazas de barro. Una monita experiencia aprender un poco más sobre la cultura e historia que guarda y preserva el Museo Joya de Ceren.

Recomendación para visitante o turista:
El Museo Joya de Ceren es un lugar muy bonito donde además de aprender sobre el patrimonio de El Salvador también podemos pasar un agradable tiempo con la familia o amigos ya sea recorriendo el museo o divirtiéndose al aire libre caminando o en un picnic. Se lo recomiendo a Todos muy bonito lugar vale la pena y no se arrepentirán.
Lo más impactante de mi recorrido:
El recorrido por este museo es algo que no te puedes perder, y las exposiciones que realizan están muy bien proyectadas y  tiene la información idónea para llenarte de conocimientos. Además el servicio brindado es estupendo y cuenta con un gran espacio al aire libre lo cual es estupendo para pasar un tiempo con la familia o amigos.



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